Recomiendo este lugar para desconectar

La comida era increíble, especialmente un estofado de ciervo que nos hizo sentir como en casa, realmente lo mejor. Además, los dueños, Maite y Manuel, nos dieron excelentes recomendaciones sobre los lugares a visitar en la zona, lo que hizo que nuestra estancia fuera aún más memorable.

No fue la opción más barata, pero valió la pena.

Ubicación ideal para excursiones, a un paso de Cabárceno. Desayuno delicioso y variado, con vistas hermosas. Personal atento y amable, te hacen sentir como en casa. Limpieza necesita mejoras, y la ducha un poco pequeña, pero en general una experiencia muy agradable.

• Comida casera deliciosa
• Personal encantador
• Paisajes espectaculares

• Habitación con moqueta sucia
• Ducha muy pequeña
• Cama incómoda

ruta verde de Pas, bicicletas de préstamo, paisajes espectaculares

El acceso a ciertos lugares puede ser complicado sin coche, además, las instalaciones parecen necesitar una renovación urgente en algunos aspectos. ¡No me gustó la escasa señalización para senderos!!! Podrían mejorar los horarios de la cena.

Un lugar acogedor con comida deliciosa

Vine a pasar un par de noches y la experiencia fue muy grata. La comida casera me sorprendió, especialmente esa cena con estofado que me recordó a la cocina de mi abuela, ¡una delicia! Las habitaciones son sencillas, pero acogedoras, aunque hay un par de cosas que se podrían mejorar, como la limpieza del suelo y el tamaño del baño que se siente un poco estrecho.

Tuve una experiencia maravillosa durante mi estadía. La ubicación está rodeada de montañas hermosas, lo que la convierte en un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza. Las instalaciones son acogedoras y están bien mantenidas, y las habitaciones son amplias y cómodas, con suficiente espacio para maniobrar y disfrutar del entorno. disfruté de un delicioso desayuno variado que me ayudó a comenzar el día con energía.

La señalización en el hotel podría ser mejor para ayudar a orientarse en las instalaciones.

la comida casera es deliciosa y bien preparada. la ducha era pequeña y algo incómoda.

Las vistas desde la habitación eran espectaculares, creando una atmósfera maravillosa. La comida casera, especialmente el pan, fue un verdadero deleite. Sin embargo, el acceso a áreas como la ducha podía ser complicado y la limpieza de algunos rincones del hotel dejaba que desear. Además, la señalización no era la mejor y puede resultar confusa para los visitantes. A pesar de estos detalles, el encanto del lugar y la calidez de los anfitriones compensan algunas de las falencias.